El bebé como protagonista de su propia vida

Hola, soy Peponcete, y hoy quiero deciros lo importante que es para nosotros ser protagonistas.

Los bebés aprendemos desde nuestro propio yo, viendo cómo el mundo gira a nuestro alrededor.

  • Lo primero, pues, es nuestro propio cuerpo (boca, manos, pies) y los elementos externos que nos ayudan a sobrevivir: el biberón, los brazos de nuestros papás, su olor, su calor, su voz, los hermanos… (Ay, sí, Osete, ¡qué pesado!, no me olvido de ti, también tú formas parte de mi mundo). Él es más que un peluche, es mi amigo: me acompaña por las noches cuando duermo, jugamos juntos y me lo llevo siempre de viaje. (¿Contento?)
  • Poco, a poco, vamos descubriendo más cosas que pasan a formar parte de nuestro mundo: la calle, amigos, comidas diferentes… En esta etapa los cuentos son fundamentales, puesto que nos acercan a realidades más lejanas, que no tenemos tan a mano (animales, transportes, herramientas, castillos…), por eso son tan importantes para nuestro desarrollo. 
  • Al bebé le gusta reconocerse en los cuentos: ver reflejada su rutina, su comportamiento, sus emociones, sus juegos, su modo de aprender…
  • Por eso mis cuentos les gustan tanto: yo paso por sus mismas etapas de crecimiento y tengo los mismos centros de interés y convierto mi pequeño mundo en grandes aventuras y lloro, me río o me enfado como ellos… Ellos se reconocen en mí y eso es importantísimo para que se sientan a gusto en el mundo en que viven. 
  • A todos nos gusta ser protagonistas, porque ello nos hace sentirnos importantes. Pero en nuestro caso no es solo una cuestión de gustos, sino de necesidad. Lo necesitamos para crecer equilibradamente, para estar a gusto con nosotros mismos, para ser buenas personas, para diferenciar lo que está bien de lo que está mal.
  • En mis cuentos los bebés pueden reconocer las emociones que ellos mismos sienten, porque mi cara es muy expresiva y las imágenes son muy grandes. 
  • En mi libro “QUIEN RÍE ÚLTIMO, RÍE MEJOR” reconocerán el llanto, la impotencia, el enfado, el asombro o la risa. ¡La de perrerías que me hace Osete! Pero también veréis cómo me las ingenio para darle la vuelta a la historia. ¡Je, je, je, je!
  • Y en mi libro "¡Y YO MÁS!" Se reconocerán a ellos mismos echando pulsos y aprenderán lo bonito que es jugar juntos y compartir juegos.

 

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